Naturaleza, Fin y Espíritu del Instituto
- A norma del Canon 607 y de los demás cánones 573-706 del Código de Derecho Canónico vigente, las Hermanas Franciscanas Misioneras de la Inmaculada, constituyen en la iglesia un Instituto Religioso de Vida Consagrada de Derecho Pontificio, en el que sus miembros emiten votos públicos de castidad, pobreza y obediencia, según sus propias constituciones.
- Consagradas totalmente a Dios, viven en común la fraternidad evangélica, según el carisma de Adoración, Reparación y Servicio Franciscano inspirado por el Espíritu Santo a la madre María francisca de las Llagas Pazmiño.
- Con el fin de conseguir la perfección de la caridad y entregarse al servicio de la iglesia, hacen de toda su existencia culto perpetuo a Dios, en su Divino Hijo Jesucristo, presente y sacrificado en la Eucaristía.
- El Instituto de Hermanas Franciscanas Misioneras de la Inmaculada, sigue mas de cerca a Jesucristo, de conformidad con el carisma inspirado por Dios a la Madre María Francisca de las Llagas Cornejo Pazmiño y Cofundadoras a través de;
- La vivencia de los Consejos Evangélicos, haciendo de su vida consagrada un holocausto de Adoración, Reparación y Servicio Franciscano, al augusto misterio de la Eucaristía.
- La evangelización al pueblo de Dios, especialmente a los pobres y marginados, por medio de los Ejercicios Espirituales, Pastoral Educativa, Misiones, Pastoral Social, Pastoral de la Salud, Acompañamiento Espiritual, y otras obras que den respuesta a los signos de los tiempos.
- El Ejemplo de nuestro padre San Francisco de Asís y de nuestra Madre Fundadora, María Francisca de la Llagas Cornejo Pazmiño, nos ha de llevar a adentrarnos espiritualmente en la persona de Jesucristo, hijo e Dios hecho hombre, y ofrecido en sacrificio al Padre por la salvación de los hombres.
- Sea el centro de nuestra espiritualidad, Jesucristo pobre, humilde y anonadado, que paso por el mundo haciendo el bien, y murió en la cruz, entregando su vida por los hermanos, y como expresión de su extremado amor a los hombres se quedo en la Santísima Eucaristía, como Sacramento de Salvación y comunión fraterna hasta la consumación de los siglos.
- Las hermanas están llamadas a buscar, ante todo, el Reino de Dios, a través de la plena conversión y la renuncia de sí misma, para vivir totalmente en el Señor, de modo que el sea todo en todos.
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